Adaptación al cambio climático | El nivel local es la base de la adaptación, por lo que el apoyo de la UE debe contribuir a aumentar la resiliencia local. (Forjar una Europa resistente al clima: la nueva estrategia de la UE para la adaptación al cambio climático - documento de la UE) |
Cambio climático | Cambio en el clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera global y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos de tiempo comparables. |
Calentamiento global | Proceso de aumento de la temperatura media de los océanos y la atmósfera de la Tierra causado por las emisiones masivas de gases que intensifican el efecto invernadero, resultantes de una serie de actividades humanas, especialmente la quema de combustibles fósiles y los cambios en el uso del suelo (como la deforestación), así como de otras fuentes secundarias. |
Clima | El clima en sentido estricto se define generalmente como el clima medio o, más rigurosamente, como la descripción estadística en términos de media y variabilidad de las magnitudes relevantes a lo largo de un período que va de meses a miles o millones de años. El periodo clásico para la media de estas variables es de 30 años (normal climatológico), según la definición de la Organización Meteorológica Mundial. Las magnitudes relevantes son en su mayoría variables de superficie, como la temperatura, las precipitaciones y el viento. |
Dietas ricas en plantas | Las dietas ricas en plantas reducen las emisiones y también tienden a ser más saludables, lo que conlleva menores tasas de enfermedades crónicas. Según un estudio de 2016, las emisiones habituales podrían reducirse hasta en un 70% adoptando una dieta vegana y en un 63% con una dieta vegetariana, que incluye queso, leche y huevos. |
Cultivo anual regenerativo | Para cualquier sistema de cultivo anual que incluya al menos cuatro de las siguientes seis prácticas: aplicación de compost, cultivos de cobertura, rotación de cultivos, abonos verdes, labranza cero o reducida, y/o producción orgánica. |
Reducción del desperdicio de alimentos | Un tercio de los alimentos que se crían o preparan no llega de la granja o la fábrica a la mesa. La producción de alimentos que no se consumen crea toda una serie de recursos -semillas, agua, energía, tierra, fertilizantes, horas de trabajo, capital financiero- y genera gases de efecto invernadero en cada etapa, incluido el metano cuando la materia orgánica cae en el cubo de la basura mundial. La comida que desperdiciamos es responsable de aproximadamente el 8% de las emisiones mundiales. |
Agricultura de conservación | La agricultura de conservación utiliza cultivos de cobertura, rotación de cultivos y labranza mínima en la producción de cultivos anuales. Protege el suelo, evita las emisiones y secuestra el carbono. |
Gestión de nutrientes | El uso excesivo de fertilizantes nitrogenados -un fenómeno frecuente en la agricultura- genera óxido nitroso. Un uso más eficiente puede frenar estas emisiones y reducir la producción de fertilizantes, que consume mucha energía.
El nitrógeno puede gestionarse de forma más eficiente para reducir estos efectos atendiendo a las Cuatro R:
- Fuente correcta: adecuar la elección de los fertilizantes a las necesidades de las plantas.
- El momento y el lugar adecuados: gestionar las aplicaciones de fertilizantes para suministrar nitrógeno cuando y donde la demanda de los cultivos es mayor.
- Tasa correcta: acabar con la aplicación excesiva de fertilizantes como "seguro". |
Índice de pérdida de alimentos | Se centra en las pérdidas de alimentos que se producen desde la producción hasta el comercio minorista (pero sin incluirlo) en cada región. |